Las ostras son un producto que ha estado desde siempre asentado en nuestra gastronomía. Antiguamente, la variante más plana (Ostrea edulis) poblaba las costas de Europa, pero una plaga a finales del siglo XIX acabó con su dominio.
Tras este incidente, se escogió a la Crassostrea gigas, procedente de Japón como la encargada de repoblar las costas atlánticas. Esta variante de ostra, más cóncava que la edulis, terminó por sustituirla y actualmente es la más consumida.
Dejando a un lado su especie, ¿sabías que cada ostra tiene una personalidad? Cada propiedad aporta a cada una matices de sabor diferentes, que son marcados por la procedencia, la edad o el sexo de la ostra. Te contamos algunas de sus personalidades:
Tipos de ostras
- Clásica (Crassostrea gigas de Marennes Oléron): Se trata de una ostra clásica poco carnosa con sabor a mar que es recomendable no cocinar. Esta ostra ha superado un proceso de afinado y resaltan sus matices a yodo que nos conectan directamente con el océano Atlántico.
- Carnosa (Crassostrea gigas de Marennes Oléron): Es una variante de ostra de la clásica. Después de tres años y medio en el mar son seleccionadas las más redondeadas y que desarrollan más carne. Son apartadas de las clásicas para que creen matices distintos, aún mantiene el sabor a mar pero con un componente dulce.
- Colorista (Crassostrea gigas de Marennes Oléron): Alimentada con un alga de la familia de la Navícula, la carne de esta ostra se vuelve de un verde esmeralda muy vistoso. Su sabor es prácticamente igual a la clásica, pero permite hacerla más interesante gracias a su color.
- Mediterránea (Crassostrea gigas del Delta del Ebro): Esta ostra es traída de Francia para que crezca en el Mediterráneo. Cuenta con un sabor fresco y vegetal y es supervisada diariamente, ya que el cambio entre aguas atlánticas y mediterráneas crea grandes diferencias de tamaño.
- Británica (Crassostrea gigas de Irlanda del Norte): También llamada ostra Miurgen que significa “Nacida del mar”, es cultivada en aguas muy frías y menos saladas. Estos toques también son transmitidos al sabor dulce y textura más carnosa suave. La última fase de su crianza se realiza en la parte atlántica de Francia.
- Ostentosa (Crassostrea gigas de Cancale): Una variante de ostra que fue creada recientemente, en 2004 como homenaje a los antiguos zares rusos. Su carne es más blanca que otras y su sabor intenso y salado. Se selecciona en Gran Bretaña cuando tiene un año y se lleva a Cancale (Francia).
- Propia (Crassostrea gigas de Marennes Oléron): Cultivada en Normandía, el sabor de esta ostra es parecido al de la Británica, dulce y suave. Abandona las aguas templadas de esta región para ser afinada en Marennes, donde goza de una Denominación de Origen que permite a cada ostricultor adaptar su cría para lograr la calidad que desee.
- Aristócrata (Crassostrea gigas de Marennes Oléron): Una de las mejores clases de ostra asociada a la calidad excepcional. Su sabor suele sorprender, pues recuerda a la avellana, es dulce y se mantiene en el paladar. Y pese a tener más cantidad de carne, su textura es crujiente y firme. El cultivo de estas ostras puede durar unos cinco años.
- Minera (Ostrea Edulis de Cancale): Al tratarse de otra especie de ostra, su concha es más plana. Esto hace que no pueda mantener tanta agua como la otra y sea más difícil mantenerla viva. Su sabor es inconfundible, recuerda a la tierra y contiene toques sutilmente amargos.
- Salvaje (Crassostrea gigas de Cancale): El elemento diferenciador de esta ostra es su edad, mientras el resto tiene unos 3 años, esta oscila entre los 10 y los 20. Esto hace que su tamaño sea increíblemente grande, pues más edad no afecta al sabor, incluso mejora la carnosidad, solo hace que su dimensión destaque frente a las otras.
Sabor de la ostra
Como hemos visto, cada elemento hace que el sabor de una ostra a otra pueda variar enormemente. La especie, el agua en la que vive, si es más fría o más templada y su concentración salina, y el clima, determinan buena parte de su gusto. Significado de refranes
El afinado, el momento en el que las ostras se llevan del mar a los claros para alimentarlas y cuidarlas en particular, también es una parte del proceso importante. Allí los ostricultores las limpian a menudo para que la suciedad no afecte después a su calidad.
Su textura también varía mucho según el sexo, y es que la ostra puede transformarse en macho o en hembra varias veces en poco tiempo. El motivo principal es la salinidad del agua.
Las ostras se pueden cocinar y disfrutar de mil maneras diferentes: calientes, frías, a la brasa, a la sartén, al horno, marinadas, en sopa, con alcohol… las combinaciones son infinitas y Ancomar te las lleva a la puerta de tu casa para que solo te tengas que preocupar de cómo disfrutarlas.
Qué tipos de ostras existen
Las ostras son un producto que ha estado desde siempre asentado en nuestra gastronomía. Antiguamente, la variante más plana (Ostrea edulis) poblaba las costa
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2024-10-11
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